¿Qué temas nos polarizan desde el punto de vista político? La polarización es uno de los conceptos más apasionantes de nuestra realidad política. Precisamente para profundizar en la cuestión, el CIS ha publicado recientemente una encuesta sobre ‘Ideología y polarización‘, cuyas claves analizaremos de forma breve a continuación.

Comenzamos por la polarización ideológica, que hace referencia -como señala el sociólogo Luis Miller en su libro Polarizados– «a un alineamiento creciente de los partidos políticos y sus votantes en torno a posturas cada vez más alejadas entres sí».

De entre todos los temas que se abordan en el estudio, se observan varios en los que la polarización se expresa mediante alineamiento de bloques. Es decir, los electores de izquierda piensan de manera similar, pero de forma antagónica a los de derecha, que a su vez también se posicionan de forma parecida. Algunos ejemplos son:

  • La inmigración. La inmigración ha irrumpido en el debate público en los últimos meses. Además, se ha caracterizado por generar una polarización muy grande entre bloques. Mientras que la derecha apuesta por medidas más restrictivas y duras ante la inmigración ilegal (79,8% los populares y 96,2% para los votantes de Vox), la izquierda rechaza estas propuestas (34,7% para los socialistas y 20,8% para los electores de Sumar). Cabe destacar que, pese a la polarización inherente a la temática, según como se plantee el debate podemos encontrar posiciones más consensuadas. Esas diferencias del 35% entre el PSOE y el PP desaparecen si se pregunta sobre si los inmigrantes deben adoptar las costumbres y valores de nuestro país. Sobre ello, tanto el 60,2% de los socialistas como el 81,3% de los populares están de acuerdo.
Elaboración propia con datos del CIS
  • Los impuestos. Los impuestos y el grado de participación del Estado en la economía han sido los temas que han estructurado la división histórica entre izquierda y derecha. En la actualidad, esta brecha sigue abierta. Mientras que PP (38,1%) y Vox (25,6%) no son partidarios de un aumento del gasto público si implica un aumento de los impuestos, el PSOE (76,5%) y Sumar (88,6%) sí apuestan por la intervención estatal. Y al contrario: los votantes de la derecha son muy favorables a bajar impuestos, de forma que haya más dinero para invertir y consumir, posición que rechaza muy mayoritariamente la izquierda.
Elaboración propia con datos del CIS
  • El modelo de Estado. La cuestión territorial es uno de los principales debates históricos en nuestro país. La descentralización o centralización del Estado atraviesa a los partidos políticos. El espacio de la derecha defiende una mayor concentración del poder en el Gobierno central (77,6% para el PP y 84,8% para Vox), al entender que la transferencia de competencias a las comunidades autónomas ha ido demasiado lejos. En cambio, ni PSOE (44,5%) ni Sumar (35,3%) creen en ese modelo, priorizando una España descentralizada.
Elaboración propia con datos del CIS
  • La meritocracia. El grado de influencia del esfuerzo o del contexto en el éxito o fracaso de una persona es sujeto de debate. Según las ubicaciones ideológicas se articulan dos ideas. Por un lado, la hipótesis de que el esfuerzo es el vector que determina la posición social. Por otro, la defensa de que el entorno socioeconómico es el que condiciona el estatus. En España, la derecha defiende la posición meritocrática, mientras que la izquierda apuesta por la influencia del entorno. Así, el 77,2% de los populares y el 76,1% de los votantes de Vox creen que quien no prospera en la vida es porque no se esfuerza lo suficiente. Por el contrario, solo el 46% de los socialistas y el 25,8% de los electores de Sumar piensan de esa forma.
Elaboración propia con datos del CIS

Hay otro segundo bloque de temas donde la polarización ideológica ya no es de bloques, sino que separa claramente en posiciones antagónicas a los votantes de los extremos (Sumar y Vox) y deja en posiciones menos radicales a uno o a los dos partidos tradicionales (PSOE y PP), cuyos electorados se muestran más divididos:

  • El feminismo. La defensa de los derechos de la mujer y el feminismo ha sido, durante el último lustro, una de las reivindicaciones más importantes en nuestro país. Esto ha provocado que los partidos políticos tomen posición y, por tanto, que la discrepancia entre ellos genere polarización. Sin embargo, en comparación con los temas que trataremos más adelante, no es una cuestión que genere grandes rupturas en la sociedad. Los votantes del Partido Socialista (83%) y Sumar (87,1%) creen que el feminismo es necesario para lograr la igualdad entre hombre y mujeres. En la derecha, sin embargo, no encontramos un comportamiento uniforme. El PP se encuentra dividido (49,2% a favor y 47,9% en contra), mientras que Vox sí muestra de manera amplia su rechazo frente al movimiento (83,3%).
Elaboración propia con datos del CIS
  • El aborto. El aborto es una cuestión en la que sucede la misma dinámica. La izquierda, en bloque, defiende la moralidad del aborto (72,5% PSOE y 85,4% Sumar). Los populares se dividen en proporciones casi idénticas, un 50,6% considera la práctica inmoral y el 44,9% piensa lo contrario. Por último, entre los partidarios de Abascal, sí observamos un elevado consenso en la inmoralidad del aborto (63,8%).
  • El medio ambiente. La protección medioambiental en prejuicio del crecimiento económico genera discrepancias. Al igual que sucedía con el aborto y el feminismo, existe un consenso en la izquierda sobre la agenda verde y la lucha contra el cambio climático (69,5% para el PSOE y 82,8% para Sumar). Vox, por su parte, también tiene clara su posición y sus votantes priorizan el crecimiento económico y el empleo (65,4%). Son los populares los que se dividen en esta cuestión. Un 49,4% antepone la defensa del medio ambiente frente a un 46,9% que apuesta por el crecimiento económico.
Elaboración propia con datos del CIS

Más allá de la ideológica, también puede existir una polarización afectiva, que despierta un apego por los partidos y los votantes con los que nos sentimos identificados y una mayor hostilidad hacia los contrarios. ¿Qué se ve al respecto en la encuesta del CIS? Pues, pese a las amplias discrepancias observadas en los temas ya mencionados, esta diferencia de opiniones no parece haberse transformado aún en animadversión hacia quienes piensan distinto:

  • A la mayoría de la población no le molestan los que no piensan como ellos. Solo a un 9,5% le incomodaría mucho o bastante que su hijo se casara con una persona con una ideología opuesta a la suya. Además, el porcentaje es incluso más pequeño para los compañeros de trabajo (5,6%) y los vecinos (4,6%). Por lo tanto, el ruido político y los ataques personales parecen surgir desde las élites y no desde la ciudadanía, contraria a la polarización afectiva.