El barómetro de noviembre de Opina 360 revela que la antipolítica gana terreno entre una parte significativa del electorado español, en especial, entre los votantes más jóvenes y los de derechas. El rechazo de los votantes de derechas hacia el actual presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se traduce en una predisposición creciente a depositar su confianza en figuras ajenas a la política clásica, procedentes del mundo empresarial, cultural o mediático.

El estudio busca tomar el pulso a este fenómeno de desafección para medir el “momentum antipolítico”, planteando hasta qué punto los ciudadanos, cansados del discurso político convencional, preferirían ver en política a personalidades o referencias conocidas de otros ámbitos, como puedan ser el empresarial o el mundo del entretenimiento.

Los resultados confirman que esta corriente, lejos de ser anecdótica en España, se consolida como una tendencia estructural dentro del panorama sociopolítico español al igual que antes en otros países de nuestro entorno.

Figuras ajenas a la política ganan terreno como referentes públicos

Según los datos de la encuesta –realizada a 1.202 personas de todo el país–, un 29,1% de los españoles adultos querría ver al empresario Florentino Pérez en política. Lejos de ser un dato menor, esta cifra representa unos 10 millones de ciudadanos, de un total de 35,5 millones que componen el censo electoral. En el caso de la banquera Ana Botín (26,2%), serían algo más de 9 millones.

El análisis muestra matices en los perfiles de apoyo. Florentino Pérez genera mayor afinidad entre los menores de 45 años, especialmente entre los nativos digitales y demócratas y los votantes de derecha, mientras que Ana Botín cuenta con una base más transversal, mostrando una gran fortaleza en todas las generaciones.

En el terreno cultural y mediático, el presentador David Broncano irrumpe con cerca de 6 millones de españoles (16,3%) que querrían verle en la política. Concentra simpatías en los votantes de izquierdas y progresistas, muchos de ellos jóvenes. Lo mismo ocurre con la actriz Najwa Nimri –quien ha interpretado a una presidenta autonómica en una serie de televisión–, con el apoyo de 5 millones de españoles (14,1%). El luchador hispano-georgiano Illia Topuria también destaca con 4,8 millones de españoles respaldando su salto al ámbito político (13,8%).

En conjunto, los datos apuntan a que la antipolítica se consolida como corriente subyacente en una parte del electorado. La desafección hacia la clase política convive con una cierta idealización de las figuras ajenas al poder, vistas como referentes de autenticidad, éxito o independencia. En paralelo, el rechazo de los votantes de derecha al presidente del Gobierno refuerza la inclinación a preferir como alternativa a la actual clase política a cualquier figura externa, destacando los empresarios.

Cara a cara con el presidente del Gobierno

El estudio mide también la fuerza de esta corriente a través de un cara a cara hipotético entre figuras ajenas a la política y el actual presidente del Gobierno. Por ejemplo, en una teórica elección directa, Ana Botín (47,2%) y Florentino Pérez (44,6%) podrían llegar a superar a Pedro Sánchez, que obtendría un 41,6% y un 43,1% de apoyo respectivamente. En ambos casos, entre un 11,3% y un 12,2% del electorado se muestra indeciso o no se decanta por ninguno de los dos, porcentajes habituales de indecisión en unas elecciones convencionales.

El respaldo a estas dos personalidades del mundo empresarial y financiero no se limitaría a los votantes más jóvenes, sino que presenta un perfil más transversal, con especial intensidad en el electorado que quiere cambio, que encuentra en ellos una alternativa simbólica frente al presidente. Entre los votantes de izquierda, en cambio, el apoyo a estos perfiles se reduce notablemente.

Cuando los duelos se plantean frente a personalidades del mundo del entretenimiento, el panorama cambia. Si bien los resultados para medir la antipolítica siguen siendo significativos, Pedro Sánchez se impondría para presidente ante David Broncano (41,4% frente a 30,8%), Najwa Nimri (43% frente a 31,3%) e Ilia Topuria (45% frente a 31,9%), con una franja referencial -en torno al 25 %- que opta por no pronunciarse. Esa gran bolsa de indecisos también aporta información relevante sobre el “Momentum antipolítico”. La antipolítica gana terreno e impulso canalizando su descontento hacia figuras externas al sistema político tradicional. Cifras similares al año 2015 con un bipartidismo que representa hoy como entonces a apenas el 54% de los electores.

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